Obispo de la Diócesis de Rancagua: “Cuaresma es un tiempo para trabajar y cultivar nuestra vida como creyentes”

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Monseñor Guillermo Vera, habló de la importancia de vivir una Cuaresma con sentido.

Monseñor ¿A qué nos llama la Iglesia en esta Cuaresma 2022?

Cada año la iglesia celebramos este tiempo de Cuaresma, un tiempo que nos prepara para celebrar el misterio central de nuestra fe, que es el misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor. El Señor que se ofrece para nuestra salvación, que nos regala esa vida nueva y eterna. Entonces, ese acontecimiento que vamos a celebrar en Semana Santa va precedido del tiempo de Cuaresma, que es un tiempo dedicado a hacer con mayor fuerza, entusiasmo y dedicación, lo que el cristiano debe hacer siempre: Rezar, obras de caridad y practicar la penitencia. Invitarlos a todos  a que en estos días podamos rezar más, a estar atentos a las necesidades que hay alrededor nuestro y que son muchas, que la obra de caridad no se limite solo a dar dinero, sino que también a prestar un servicio, una atención, un gesto amable. Son muchas las cosas que se pueden hacer; también saber luchar contra el pecado, contra el  mal, que está presente en nuestras vidas de muchas maneras, por eso estar atentos a escuchar la palabra de Dios. Que la Cuaresma sea un tiempo para trabajar y cultivar  mejor nuestra vida como creyente, como miembro en nuestra familia, de la comunidad, en el trabajo y ver qué cosas podríamos ir haciendo mejor. Éste es un tiempo de creatividad y mucho trabajo, pero vivido con mucha ilusión y mucho entusiasmo.

Esta Cuaresma está marcada por la guerra entre Rusia y Ucrania…

Estamos viviendo a nivel mundial esta situación de guerra, que -sin duda- es  tremendamente dolorosa. El ser humano entra en guerra cuando pierde de vista que somos hermanos y que nos debemos respeto los unos para con los otros. Si Dios estuviera más presente eso lo evitaríamos. Estas situaciones de guerra van señalando que hay una pérdida del sentido de Dios, de la dignidad del ser humano.

Hoy nos aflige esta guerra entre Rusia y Ucrania, que estamos viendo a través de la televisión todos los días, pero en el mundo existen muchas situaciones de guerra, que a veces son desconocidas. Una guerra produce muerte, desplazamiento de gente, destrucción, y esto no sólo sucede en Ucrania también en otras partes del mundo hay guerras, vulneración de los derechos, personas desplazadas; a veces, también hay guerra y tensión entre nosotros, en las familias, en nuestra patria, entre nosotros, nos descalificamos, pasamos por sobre los demás.

Entonces, ¿Cómo afinar nuestra mirada y ver en qué podemos ayudar?

Nosotros creemos que, si uno trabaja su espiritualidad, en la actitud de respeto hacia los demás, podremos también ir transformando nuestro mundo. Son pequeños gestos que sumados a los gestos de bondad y generosidad de cada uno pueden lograr grandes cambios. Por lo tanto, vivir esta Cuaresma con espíritu de esperanza, de confianza en Dios y haciendo pequeños  esfuerzos por ser mejores y hacer el bien va a redundar en el bien de todos.

Con la Cuaresma también se dio inicio a la Cuaresma de Fraternidad, ¿Cómo podemos aportar a esta campaña?

Desde hace ya muchos años está en la Iglesia esta campaña que llamamos Cuaresma de Fraternidad y es así como en las parroquias se entrega una alcancía para que la gente en este tiempo pueda depositar los frutos de las privaciones voluntarias de Cuaresma. En este tiempo las personas se privan de cosas, de algunos gustos que son legítimos, como tomarse un helado, ir a la peluquería o ir al cine, entre otras, para ayudar a través de esta alcancía, no para gastarlo en otra cosa. Es ir conscientemente durante estos 40 días juntando aquel dinero que se reunió por algo que se privó. Si no tiene la alcancía también hay otras formas: hay una cuenta de Caritas y una alcancía digital. La Iglesia reúne estos dineros para luego hacer distintas obras de caridad. La Iglesia -que somos todos nosotros- ha procurado siempre hacerse presente en medio de tantas necesidades. Por lo mismo, invitar a los hermanos y hermanas a que colaboremos en la Campaña de Cuaresma de Fraternidad a que como familia nos propongamos ayudar y darlo como regalo en la Pascua de Resurrección del Señor.

Por otra parte, quisiera pedirle a toda la comunidad que nos tenga presente en sus oraciones  a todos los sacerdotes de la Diócesis de Rancagua. La próxima semana tendremos nuestro retiro anual en la casa de retiro de San Francisco de Mostazal. Vamos a estar todos unidos para rezar y de cara a Dios revisar nuestra vida; planificar el año pastoral 2022. Pedirles que recen por nosotros y que sientan que para nosotros como sacerdotes es un momento muy importante el estar todos reunidos -el obispo y los sacerdotes- en este tiempo de oración y de reflexión. Necesitamos contar con ese apoyo espiritual.